ZODIACO, TERAPIA Y PATERNIDAD ------------------ Notas sobre astrología arquetípica (*) Pepe Valero (2018)
Podemos describir la carta astral como la Figura que surge del Fondo cósmico y que representa (astronómicamente) a nuestro sistema solar en un lugar geográfico y en un momento temporal determinados. La creencia astrológica nos dice que ese mapa natal muestra la ubicación astronómica del Sol y la Luna junto a la de los demás planetas, en las distintas constelaciones (desde Aries hasta Piscis), así como sus relaciones angulares y las casas por las que se distribuyen. El mapa está levantado en el momento mismo de la primera inspiración de la persona a quien simboliza y se dibuja mediante sencillos cálculos astronómicos. Sin embargo, el axioma zodiacal afirma que tal cartografía esótericatiene que ver con nuestro destino y que su acertada interpretación nos ayuda en nuestro proceso existencial de autorrealización. Obviamente esto repele a nuestra razón analítica... ”y sin embargo, se mueve” como dijo Galileo tras su obligada abjuración. En cualquier caso, el “culto a los astros” es milmilenario y generalizado en todas las culturas de la historia humana y fue el núcleo seminal de la espiritualidad. Analíticamente nos ayuda, en la comprensión de este misterio, la visión jungiana de la sincronicidad así como la ley del conocimiento hermético aquella de “como es arriba, es abajo, como es adentro, es afuera..”, modos ambos de contemplación y conocimiento intuitivo de la realidad que apuntan a un nexo esencial de identidad entre el Ser como Todo y su expresión como Ente (Heidegger), nexo espiritual que en el ser humano denominamos “alma”. Esta intuición unitiva muchos la hemos sentido inapelable e inextricablemente en estados de consciencia profunda donde sentirse parte del Todo diluye amorosamente la neurótica escisiónde las partes,sin necesidad de explicaciones teologales, racionales ni autorreferenciales. Comparto sucintamente lo que yo me digo para sostener suficientemente mi “fe” en la astrología arquetípica. El Fondo cósmico es el Ser, la Energía, Dios o el TodoTao, como queramos denominarlo. De esteFondoSerprocedemos espiritualmente al encarnarnos como seres humanos. El lenguaje simbólico del mapa natal representa nuestro despliegue energético de autorrealización, en esta encarnación, según los patrones arquetípicos que simbolizan los signos astrales, los planetas, las casas, los aspectos y (kármicamente) los nodos lunares. El decodificador fundamental para interpretar (creativamente) esta cartografía esotérica es la consciencia. La ausencia de ésta produce destino (determinismo) como en terapia decimos con el carácter. Así, los acontecimientos críticos pueden ser ocasiones (a menudo difíciles, dolorosas) de autodespliegue consciente y/o de resignación neurótica. Llegados a éste ámbito del despertar consciente y del esfuerzo que conlleva, sugiero algunos nexos de unión entre la terapia y la astrología, aprovechando y nutriendo el renovado vigor que se está produciendo en las psicoterapias humanistas, integrando visiones (transversales) muy diferentes de la realidad, dinámica integradora en la que la Gestalt siempre anduvo muy viva. En la citada polaridad consciencia/destino, el polo que a la astrología corresponde queda suficientemente bien asentado en el desarrollo que posteriormente realizo del ciclo zodiacal, a propósito de ilustrar la función paterna asociada (simbólicamente) al astro solar. Lo hago al modo tradicional de los 12 signos aclarando que el contenido, el meollo, de esa estructuración clásica –muy devaluada por el uso/abuso exotérico y comercial- está aquí expuesto desde una perspectiva muy actualizada que integra aspectos emocionales, psicológicos y espirituales. Didácticamente esa estructuración en doce campos (definidos por la posición zodiacal del Sol) es la que mejor permite la conexión del lector con lo escrito puesto que todos tenemos conocimiento de nuestro “horóscopo” y ello crea un nexo de “atención personalizada” que es de agradecer. La vulgarización mercantilista y de juegos de omnipotencia que muchos astrólogos ejercen con su uso de la astrología –y el natural prejuicio que ha creado- no he querido que interfiera en mi trabajo. Este ha consistido esencialmente en integrar en una visión dodecaédrica -al modo de Poincaré- el despliegue de la energía consciente del ser humano según patrones arquetípicos representados por elmandala zodiacal. Son muchas y variadas las resonancias teóricas y prácticas que podemos ver. Si hablamos de metodología, en todo el desarrollo que realizo del lado astral, las polaridades quedan claramente resaltadas. La polaridadYo//Tú en el eje Aries/Libra; la polaridad Tener//Poseer-Transmutar en el eje Tauro/Escorpio; la polaridad comunicacional de Análisis//Síntesis en el eje Géminis/Sagitario; la polaridad de hogar, familia, raíces//trabajo, profesión, éxito mundano o, dicho más sintéticamente, la polaridad ánima//ánimus en el eje Cáncer/Capricornio; la polaridad Ego individual//Ego colectivo, en el eje Leo/Acuario y, finalmente, la polaridad perfeccionista, ordenancista//intuitiva, sublimatoria, diluyente, en el eje Virgo/Piscis. Si nos referimos a mecanismos neuróticos, también hay paralelismos significativos. Sucintamente, la conjunción astral (dos planetas o más, en angulación de 0º) alude a la confluencia, que puede ser nutritiva o tóxica, según la armonía o la tensión que se crea. Las oposiciones planetarias (angulaciones de 180º) tendrían relación con el mecanismo de la proyección (y la negación), al igual que las cuadraturas (angulaciones de 90º) señalarían retroflexión. La introyección y su calidad energética vendría señalada por la luna y por el sol, por su “dignidad astral” y sus aspectos (con planetas, casas, etc) pudiendo referenciar estos elementos de juicio astrológico el tipo de fijaciones neuróticas que posiblemente se han cristalizado y en qué ámbito experiencial (casas). Usando la taxonomía deleneagrama, los distintos aspectos y elementos zodiacales señalarían a subtipos de conservación en las energíassaturnolunares, a subtipos sociales en las energías asociadas a Júpiter/Mercurio/Venus y al subtipo sexual en las energías marcianosolares (la instintividad plutoniana vendría al pelo pero dejamos aparte los planetas transpersonales). La isomórfica resonanciainterpretativa de la carta astral complica la simplificación didáctica de las múltiples variables que la combinación de todos los elementos valorativos del mapa natal conlleva. Valdría tan sólo con citar, como ejemplo, los ámbitos simbólicos que implican a la luna, al sol y a saturnoy que señalan (certera y misteriosamente) heridas nucleares de la persona, por cierto no siempre (y únicamente) biográficas si tenemos presente el aspecto kármico. Hay también paralelismos simbólicos que están pendientes de análisis comparativos más prolijos y profundos. Por ejemplo el que se da entre la energía Leo y el eneatipo 2o entre el rasgo 8 y el signo de Escorpio, o el aroma común, en su rigidez, entre Capricornio y el tipo1 o entre el rasgo 7 y Sagitario respecto a su común “idealización feliz” de la realidad. Soy consciente de la simplificación que realizo al comparar el eneagrama y los elementos zodiacales. Creo que el riesgo merece la pena como buen indicio propiciador que ayude a seguir creando espacios integradores al servicio de la consciencia responsable y sostenible. A fin de cuentas, desde mi propia visión de la astrología, realizar “mi destino” conscientemente conlleva estos ámbitos creativos, desplegando así mi sol en Aries y mi ascendente en Sagitario. Una peculiaridad esencial de la astrología y su visión arquetípica es que (una vez abierta la consciencia a su mensaje) nos ayuda sobremanera a liberarnos de lasobreidentificaciónque (como partes del Todo) realizamos con el Ego/Yo individualista, perdiendo la visión holística que nos devuelve a nuestro Ser. Desplegar y realizar lo que nuestra carta simboliza nos ayuda en la propia autoaceptaciónsuficiente, responsable y sostenible(mi mantra terapeútico). Ahora bien, este es el arte máximo y en terapia también el máximo peligro. La tentación omnipotente (sarampión que bien conozco) puede llevarnos de acompañar al cliente en su proceso, a diseñarlo/interferirlo, utilizando prejuiciosa y sesgadamente la información zodiacal. Personalmente mi trayectoria y vinculación con la astrología es conocida por las personas que acompaño al estar referida en Internet. En consulta, hago proceso de escucha durante mucho tiempo antes de integrar lenguajes simbólicos (eneagrama, astrología, etc)y como gestaltista también me permito ajustes creativos, si vienen al caso, en función del propio vínculo terapéutico. No obstante, este aspecto propedéutico del uso y abuso de los códigos simbólicos y axiológicos (en cualquier área de ayuda terapéutica) requiere mayor reflexión y espacio. La explicación simbólica y el análisis particular de la función paterna, en cada signo zodiacal,ha de reducirse a la interpretación arquetípica del Sol que es lo que popularmente conocemos como horóscopo: ser Aries, Tauro, etc. El Sol simboliza en astrología el Yo consciente, la energía vital, la voluntad, la evolución, la autoafirmación, el ego y su autoridad, la creatividad, el éxito, la espiritualidad… etc. También simboliza al padre arquetípico aunque el modo en que se ejecuta la función paterna viene indicado por la armonía o tensión que el Sol, de cada mapa natal, mantiene con los demás elementos de juicio astrológicos, fundamentalmente con Saturno y Júpiter: el primero, como indicador de la función paterna normativa y limitadora y el segundo, como símbolo de la paternidad generosa e integradora. Dejo al margen todo lo relativo al eje MC/FC y la casa 5ª. Por otro lado, entiendo la función paterna (desde la dinámica psicoastral) como aquella que permite, avala y sostiene (presencialmente) el proceso de individualización personal, consistente en el desapego progresivo del Yo infantil respecto de la confluencia materna (la luna), para integrar e integrarse en el mundo circundante de la mano protectora de la figura paterna (el sol). Esta función nutre de orden y estructura, autoriza y limita (Saturno), sostiene y se sostiene, ayudando a que se mantenga el sentido de la vida (Júpiter) en los hijos ante su encuentro con el mundo, con los demás y lo demás. Vayamos a una sintética descripción arquetípica de los signos zodiacales, necesaria para entender la función paterna. ARIES simboliza la fuerza germinal de la Vida, el amanecer del Ego tras su disolución previa en la psique colectiva de Piscis. Esta impronta de pionero existencial es la marca de la casa para el arquetipo Aries. Su necesidad básica es la autopreservación de la vida que lucha para estructurarse y consolidarse. “Yo soy acción de ser” podría ser su consigna. Las capacidades intelectuales, emocionales e instintivas, están al servicio de la propia fuerza existencial. Necesita (para su autoestima) la inocencia autorreferencial permanente como fruto de su espontaneidadexistencial. Es protector y generoso, entusiasta y emprendedor, independiente y decidido, más inclinado a iniciar procesos y esfuerzos que a obtener resultados y recolectar frutos. El núcleo de la energía que mueve y que necesita asimilar(para su propia autoaceptación) es la consciencia de un Yo confiado y fuerte en su capacidad permanente de confrontar y conquistar cualquier situación que se presente. Logrado el reto, celebra poco la victoria, seducido nuevamente por otra tarea, por otro reto que le permita sentir su fresca y espontánea vitalidad. La persona Aries –el Sol en este signo- necesita contactar suficientemente con este fondo arquetípico e integrarlo en su carácter como aliño esencial de su autoestima y seguridad básica. El patrón energético ariano se basa en la expansión y la iniciación de procesos como modo experiencial de consciencia por lo que la receptividad y los límites no sintonizan con su esencia al igual que los cierres de tareas y el asentamiento de procesos. La relación de Aries con la paternidad está teñida de la misma impronta nuclear de esta energía zodiacal. La búsqueda impulsiva de la propia autoridad suele depararle episodios de confrontación con el propio padre, siendo en la juventud lugar común de los arianos la pelea rebelde con cualquier autoridad salvo que medie admiración suficiente y la autoridad admirada sea paciente y de buena cintura actitudinal ante los inagotables regates iconoclastas de esta energía pionera e invasora. Como padre, no es raro que Aries pague el precio de su imprudencia reflexiva con paternidades precoces que dan lugar a fracasos en sus primeras parejas. El divorcio (tormentoso y liberador) suele ser la salida para romper inmaduras ataduras idealizadas. Esta experiencia de fracaso, dolor y culpa suele ser el crisol que transforma profundamente a Aries entardía resonancia empática con sus hijos, tras etapas de autoritarismo y confrontación. Pero aquí ya estamos integrando en el mandala zodiacal al signo de Libra, su polaridad complementaria y el de Tauro, la energía sucedentedonde Aries descansa y fructifica. TAURO simboliza la energía receptiva que asienta y materializa la creatividad ígnea de Aries. Los “espermatozoides arianos” alcanzan el “óvulo taurino” generando la vida orgánica. En Tauro hay disfrute sensorial del cuerpo, quietud y goce de la naturaleza y de su belleza. El logro y el fruto del esfuerzo tenaz y asentado le garantizan un hedonismo sensual y un realismo práctico que materializa valores y procesos de autopreservación y acumulación energética. La vida es metabolizada por un Yo posesivo, paciente, templado, estable y concreto. El tempo vital es lento, los procesos encauzados alcanzan su meta, sin prisa, sin distracciones ni idealizaciones vanas. Sostiene, nutre y protege sus emociones, sus ideas y sus posesiones incluyendo éstas a pareja e hijos, padres y hermanos así como casas y dineros. Su realismo estoico le permite confrontar, serena y tenazmente, los problemas existenciales en busca de estabilidad y quietud material y emocional. Satisfecho, desarrolla una gran sensibilidad artística y sabe disfrutar con todas las cosas buenas y bellas de la vida que suele atesorar y a las que se apega intensa y rígidamente. También es generoso en compartir cuando así lo decide tras lenta y sosegada rumia reflexiva. Raramente se destempla pero cuando lo hace es un terremoto con tsunami iracundo asegurado…y requiere largo tiempo y espeso silencio calmar su ánimo. La función paterna la realiza con estable dedicación y calidez. Las normas y los límites van implícitos desde el inicio de la crianza y tiene paciencia y tiempo para atender a su prole. Gusta habitar su nido familiar (en propiedad, por supuesto) con ambiente tranquilo y armonioso, sin estridencias ni tensión. Satisfecho, es juguetón, sensual y amante dela naturaleza, del arte, de la música, amores estos que suele contagiar experiencialmente a sus hijos. Su rigidez obstinada puede dar lugar a episodios tiránicos si algún hijo se pone en peligro contraviniendo con sus actos el orden y la autoridad de Tauro en su familia. Finalmente, al igual que a Aries le complementa Libra (dialéctica Yo/Tú) como signo polar, a Tauro le complementa Escorpio en la dialéctica Apego/Transmutación y le sucede Géminis como energía vincular que deshace la rigidez del apego taurino ante la alteridad. GÉMINIS desanuda y abre al entorno relacional la unidad energética que simbolizan Aries y Tauro respecto al desarrollo inicial de la vida, unión producida por la fogosainstintividadarianadepositada en lafértil quietud terrenal de Tauro.Esta unidad yang/yin (actividad expansivaariana/receptividad acogedora taurina) Géminis la dualizanuevamente con su frescoaikido dialéctico y vincular que estructura y nomina el entorno inmediato, poniendo en danza las palabras, la comunicación entre lo diferente, asociando nombres y realidad, vinculando las partes entre si y permitiendo el despliegue de lo relacional como interacción jovial y múltiple. Mientras que Aries buscaba autoafirmarse conquistando lo diferente y Tauro homologarlo a sí mismo, Géminis disfruta con la alteridad que le estimula y entretiene creativamente como si de un sudoku infinito y fascinante se tratara. Sin embargo, su inagotablecuriosidad mental es refractaria a la experiencia interna de sentir su propia dualidad oscura no integrada, su mister Hyde desolado(a menudo proyectado en algún hermano o fraternal amigo) que es depositario de dolores y traumas biográficos encapsulados, cuya asimilación y sufriente digestión el geminianoaprendió a postergar con su autohipnotizadoracentrifugación intelectual. En la misma proporción en que disfruta con su capacidad comunicativa, con su adaptabilidad y su actualizado mundo informativo, con su plasticidad trasversal para moverse, establecer vínculos, etc, en esa misma proporción,Géminis evita su mundo emocional/instintivo donde (como en todo ser humano) arraiga la necesidad interna de entrega y compromiso con el otro, siempre referente necesario, no prescindible. La ciclotimia caracteriales proverbial en este arquetipo “bipolar” aunque se cuide mucho de maquillarla con su humor sarcástico, su distanciamiento cíclico e imprevisible y las (inevitables) psicosomatizaciones correspondientes. La paternidad no la buscará convencido. Sí fluye naturalmente en la energía fraternal, horizontal y será amigo de sus hijos(si los tiene) siendo un entretenido conversador que enseñará de todo a los niños perosin límites claros ni valores estables y coherentes. Su alergia a dejarse sentir lo que expresa y expresar (sin ambages) lo que siente, y su poca atención a lo corporal/instintivo, conllevan, a menudo, incoherencia entre lo que dice y lo que hace (aquí, en Géminis, pensar es la acción) creando un ambiente de gran permisividad y ambivalencia actitudinal que confunde a los hijos. Sin embargo, puede desarrollar una notable empatía intelectual y estética con actividades múltiples que sacien la curiosidad infantil. Ciertamente, su propia refractariedad a los vínculos emocionales le lleva a no dar tiempo para que las relaciones profundas le atrapen (arraiguen) por lo que su presencia,excesivamente mental,puede crear desconfianza y vacío en su encuentro con los demás (hijos incluidos) y consigo mismo. Sagitario, como polaridad de Géminis, complementa y rescata a éste de su focalización analítica vinculándole a la sabiduría de su visión holística e integradora de la realidad. En Géminis se diluye la triada germinal del Ego abriendo la consciencia intelectual a la energía de Cáncer que simboliza el mundo emocional de la crianza, de la íntima pertenenciatanto hacia la familia, como hacia el pasado y las raíces, especialmente a través de la madre y su linaje. CÁNCER simboliza el hogar, la familia y su pasado entendido éste como sustrato raigal que incluye tanto a los ancestros de la cadena familiar como a los objetos e historia que la conforman. El ego/óvulo(ya fecundado por la energía ariana y asentado férreamente en el útero taurino) nace finalmente en el nido canceriano, mullido, cálido y seguro, suficientemente decorado y nominado porGéminis, mientras iba y venía entre amigos, vecinos y hermanos. Cáncer cierra la apertura relacional con la alteridad(que introdujo Géminis) y busca nutrir y ser nutrido en la seguridad simbiótica de lo propio, de la madre, la familia, el clan, la patria, etc, priorizando la pertenencia emocionaly profunda a la tradición. Hay un aislamiento protector de la familia y su memoria ante lo ajeno. Hay también una búsqueda extrema de la seguridad emocional y de confluencia con la fuente histórica (las raíces) de la que emana. El vínculo umbilical con la madre (y a menudo con la abuela materna, que señala el linaje femenino) es muy primario y poderoso resolviéndose (habitualmente) con la propia paternidad/maternidad del canceriano. Bien nutrido, nutrirá y será capaz de resolver la confluencia con la madre saliendo al mundo para la conservación práctica de su familia, a pesar de la renuencia emocional que siente por el mundo exterior, simbolizado por su opuesto polar Capricornio, signo este cristalizado en la practicidad del logro profesional y del deber normatizado. Cáncer, aquí, siempre sufrirá los embates de las luchas de poder sobre su profunda intuición y afinada sensibilidad que (atacada) defenderá acorazándose, “acangrejándose”. En la práctica trata de crear, en el lugar de trabajo, un ambiente familiar donde pueda proteger y sentirse protegido. Renuente a usar sus “pinzas” para defenderse, lo hará (contundente y certeramente) si es inevitable. Igual cura sus heridas con una retirada silenciosa y culpabilizante, que puede compartir su infantil felicidad con un humor profundo y discreto. Su imaginación es creadora sin límites y su memoria emocional es fotográfica para el pasado, para los ancestros, para su biografía. Actúa con suma prudencia y sopesada deliberación aprovechando las experiencias vividas y evitando sobremanera el dolor del fracaso, del rechazo. Su hogar es su santuario y su familia su devoción. Acumula(ahorra) dinero, ropa, recuerdos, etc. Su salud depende de su estado emocional y éste de su portentosa imaginación que igual se exalta con paseos románticos por la playa (con luna llena) como se deprime con el desvalimiento y el dolor de los débiles, con los recuerdos melancólicos o con las anticipaciones temerosas. Tarda en arrancar cualquier tarea pero es tenaz e incansable para cerrarla. Respecto a la paternidad es frecuente que compita con su progenitor por la posesión de mamá; a la vez como padre es muy maternal y protector, paciente y nutritivo e incluso genialmente divertido. Su dificultad es permitir el desapego cuando los hijos crecen, ya que la natural independencia de su progenie puede llevarle a excesiva preocupación y control neurótico. Este apego confluyente con los hijos se extiende a cualquier objeto, animal o persona con los que (tras largo roce) haya establecido vínculo. Capricornio, anclado en la practicidad presente y futura, cristalizado en la eficacia mundana, es el complemento polar de Cáncer; y Leo, su energía sucedente, es la ventana abierta de par en par por la que entra la luz del ego solar en toda su plenitud, iluminando magníficamente el melancólico y romántico dominio lunar de Cáncer.
En LEO nace, finalmente, el YO diferenciado, el Yo Soy creativo y estable, fruto maduro de todo el proceso previo de la energía zodiacal. Hemos pasado de la pertenencia confluyente deCáncerdonde la consciencia es familiar, al Ego leonino consciente de sí, asentado, constante y seguro de su liderazgo. En Leo, toda la lucha que el anterior signo de fuego -Aries- realizaba para crear y sostener su Yo, se ha transformado en autoconsciencia creativa, en autoabundancia. Como el astro solar en la naturaleza, Leo derrama en la sociedad sus dones sin la mínima duda de que así debe ser. Es el arquetipo con más capacidad y responsabilidad creativa de la rueda zodiacal. Evolucionado, lidera desde su singularidad, procesos de progreso y logroen sus proyectos, equipos y empresas, ámbitos en los que suele ser transparente y generoso de corazón, el órgano que le rige. Centrado y satisfecho cuida y provee a quienes lidera con nobleza y autenticidad como quien es lo que muestra y muestra lo que ya es. Sin embargo, tal ajuste no suele ser habitual por su propio exceso energético –como el del propio astro rey- que la exacerbada individualidad de Leo puede transformar en orgullo desproporcionado o arrogancia impertinente. Suele decirse que atacado en su orgullo, Leo ruge, al igual que alabado, aplaudido y halagado, ronronea. Mientras que en Aries primaba la libertad sobre la aprobación externa, en Leo ésta es fundamental pero en modo admirativo. Ciertamente lograrla no conlleva, para este patrón energético, ninguna falsificación interna aunque su tendencia a sentirse superior y su natural teatralidad a veces parecen hacerle representar un personaje sobreactuado. También(al contrario de Aries que inicia procesos a menudo sin cerrarlos) Leo no inicia nada que no tenga el éxito asegurado. Gusta de estar rodeado de “satélites” (su público) orbitando a su alrededor. Aristocrático, consume lo mejor y tiene prontos generosos con el dinero. Tiende a organizar y supervisar a todo y a todos y suele irritar sobremanera con su autorreferencialidadpedagógica y transparente, a menudocarente de tacto. Respecto a la paternidad, no es raro que no tenga hijos o tenga hijo único. Todas las características descritas son las que ejerce Leo con sus hijos con el añadido de que abusa más de la propia ejemplaridad como medio didáctico. Aquí, en la familia, hay más peligro de manipularle desde el halago así como de irritarle sobremanera con la falta de respeto o dejándole en ridículo, situaciones ambas que desatan auténticas tormentas megalomaniácas por su herido orgullo. Finalmente, respecto a su propio progenitor, Leo mantuvo una difícil ambigüedad entre la admiración y la confrontación. Así le sucederá, en su proceso existencial,con otras figuras “solares” (con brillo propio) que puedan hacerle sombra a su propia autoridad. Todo lo contrario sucede con su regia madre que será una figura central y sobrevalorada. A fin de cuentas no deja de ser la ReinaMadre. Acuario, como polaridad complementaria de Leo, le muestra la fuerza de la individualidad creadora al servicio del colectivo humano, y Virgo, como signo que le sucede, realiza una drástica poda (del excesivo Yo leonino) al servicio de su propia servidumbre virginiana, que conlleva su completa agenda de racionalidad programada y su perfeccionismo desculpabilizador. VIRGO sucede a Leo como la noche al día. Del exceso egoíco del autotélico Leo pasamos a la eficiencia ordenancista y servicial de Virgo, verdadera matriz pefeccionista de la energía relacional y solidaria. El arquetipo virginiano prepara (con su retirada del Yo individualista leonino) el encuentro con la alteridad, con el otro, con el Tú, que traerá Libra. En Virgo hay apego mental a la perfección racional, volcada ésta en la impecable y detallada tarea, que realiza con pulcro y reflexivo esfuerzo interno. Hay, a la vez, una íntima sobreadaptación emocional (no integrada) que tapa un fondo de culpa y no merecemiento (polar al “todo me merezco” de Leo) desde la exigencia inflexible de “estar a la altura”. La instintividad y la calidez empática están bloqueadas puesto que la identidad se asienta en la habilidad y finura analítica que le da seguridad, a la vez que frustra y limita su espontaneidad lúdica. Vive para el orden en lugar de aprovecharlo para vivir. Maneja mal la intuición al necesitar (en exceso) su afinado despliegue analítico para cartografiar la realidad. Gestiona eficazmente las dificultades con elaboración lenta, sin improvisar, sin prisa, puliendo hasta el último detalle y evitando todo lo superfluo. La función básica del arquetipo Virgo es diseccionar la realidad cotidiana minuciosamente, en sus partes, permitiéndose así su realismo perfeccionista, pausado y controlado. Su mecánico apego al hábito(autojustificado como saludable) rigidiza su calculada espontaneidad. El riesgo aquí es que el árbol impida ver el bosque. Aprender a no resistirse con tanta planificación (su mecanismo neurótico), le facilitaría un mejor fluir existencial. Sin embargo, ésta es la energía zodiacal más estoica y ajustada en la aceptación realista y objetiva de la realidad; alérgico al autoengaño, asume las dificultades con escéptica resignación: “es lo que hay” podría ser su consigna. Es solidario y discreto, afecto al deber y al trabajo minucioso, con gran habilidad técnica y manual. No se abandona a emociones y es muy selectivo al elegir pareja pudiendo ser (por esta exigencia) la soledad del celibato muy abundante en Virgo. Ser útil es su vocación. Ciertamente le “sale de dentro” ordenar el caos, ordenar incluso el propio orden pero es el amigo que recoge y ayuda después de la fiesta, aquél que siempre está ahí en los aprietos y el que cuida sin hacerse notar, prácticamente sin pedir nada a cambio. Eso si, enderezarán el cuadro de la pared imperceptiblemente inclinado y automáticamente su radar puntilloso detectará cualquier fallo ambiental, en el botiquín, en la higiene o en la dieta… Detesta necesitar y quedar en deuda por lo que se refugia, elegante y analíticamente, en su austeridad emocional. Todo lo contrario respecto a quien le necesita verdaderamente: ahí se mostrará solidario y eficaz. Sus pocos idilios (a veces) son fuente de decepción emocional dolorosa, decepción que le lleva a afinar más el filtro selectivo en sus relaciones, a la vez que se refugia todavía más en el trabajo y la soledad. No es raro que sean muy buen paño de lágrimas en el desamorde personas cercanas, de las que (a su vez) puede enamorarse sin reciprocidad suficiente. Aquí, como en tantas otras ocasiones, la procesión va por dentro y aceptan (deportivamente) la frustración con calma externa pero con el intestino revuelto. Virgo no anhela la paternidad, probablemente anegado por anticipaciones fatalistasrespecto a la responsabilidad y al “desorden rutinario” que implican los niños. Hay también un profundosentimiento de inadecuación emocional ante tal responsabilidad junto con su visión pesimista de la vida familiar. Ahora bien , si hay hijos volcará toda su escrupulosidad responsable y ordenada en su educación que será exquisita, tanto ética como estéticamente y, por supuesto, de rango universitario. Tendrá dificultades en expresar y escuchar el mundo emocional de sus hijos, mostrándose rígido a la hora del contacto físico. Él aprendió a resolver sus bajones psicológicos en soledad, autorregulándose en su gimnasio favorito: la centrifugación intelectual. A Virgo le sucede Libra, signo delencuentro con el Otro que essu tarea arquetípica; le polariza Piscis, donde el Todo no sólo es más que las partes sino que se transmuta en Nada, en Vacío: el Ego hiperestructurado de Virgo desaparece en Piscis dondeentregamos el Control al TodoTao, al Inconsciente Colectivo, al Sí Mismo, a Dios. LIBRA inicia su ciclo cuando el día y la noche igualan su reinado, en el equinocio de otoño. El sol ha templado su fuerza y su energía se atempera. De igual modo, el individualismo autorreferencial, que simboliza su opuesto Aries, deja paso a la resonancia del encuentro con el otro, al yo codependiente que Libra cultiva desde el diálogo, la empatía y una delicada sensibilidad ético/estética. La racionalidad reflexiva, evaluatoria y detallista es característica de este arquetipo ya que busca la justa ecuanimidad con la más rigurosa y completa evaluaciónpor lo que suele sufrir parálisis decisoria. Es hábil negociador que (también) acaba consiguiendo lo suyo suavemente, como cediendo. La balanza que representa al signo simboliza el equilibrio energético que Libra alcanza en el encuentro homeostáticocon el Tú, sabiendo apreciar las diferencias y ayudando al despliegue creativo latente en el otro desde su propio abrirse. El arte de esta codependencia relacional consiste en evitar la propiaautorrenuncia por complacer. También no caer en el empecinamiento analíticopara tener razón, es otro ajuste necesario para Libra. Cuando lo consigue, este compartir con el otro, sin identificarse ni apegarse, permite a Libra poder integrar mejor la dualidad tu/yo,autososteniéndose en la cooperación y atravesando(suficientemente) la temida confrontación. En cualquier caso, le toca aprender a profundizar en sus “bajos fondos” a menudo escondidosbajo hermosas formas ético/estéticas y descubrir (sentir) más su emocionalidad e instintividad, su cuerpo,en suma. Ésta mejor escucha interna le ayuda a desarrollar su sabia intuición y le alivia del exceso analítico, permitiéndole estar más presente en sus relaciones sin esconderse tras el excesivo discurso evaluatorio. El equilibrio físico en Libra es delicado. Aunque tiene un instinto básico de cordura que le evita excesos graves, su ciclo deenergetización/desenergitación puede ser muy extremo pasando de la actividad frenética al ocio exagerado. Somatizan en piel, estómago y riñones sobre todo cuando viven intensidades emocionales y acaban tocados en su sensible vulnerabilidad. A veces, cuando son heridos, quedan resentidos y buscan el aislamiento en un entorno de paz, armonía y suavidad donde recuperar su debilitada energía. Libra mide milimétricamente las consecuencias de sus decisiones que toma tras sopesar todos los detalles, sin simplificaciones ni generalizaciones. Esrefractario a urgencias o impulsividadesy, a la vez, puede quedar preso (atado) por su exigencia (paralizante) de imparcialidad. Sin embargo, cuando Libra ha tomado una decisión es coherente y operativo, asertivo en su ajustada ejecución que realiza a su ritmo hasta cerrar impecablemente la tarea. La tensión físico/agresiva le puede hacer estallar puntualmente sobre todo cuando ya no encuentra regate dialéctico para evitar su (encapsulada) rabia. Como padre Libra será atento y delicado, con gran atención al orden y armonía domésticas, siendo especialmente cuidadoso con lo relacional entre los hermanos, de manera que no se creen situaciones injustas ni de abuso. Su autoridad es tranquila y su disciplina muy razonada y tendrá seducidos a los niños con su suave y mimética presencia; a la vez,los hijos también estarán hartos de sus interminables disquisiciones. Libra no desea la paternidad con rotundidad aunque la experiencia, cuando llega, le llena el corazón. Sin embargo,siente un vínculo muy especial con su pareja siendo esta relación fundamental para el equilibrio de este arquetipo. ESCORPIO sucede a Libra y el encuentro con el Otro (tras la empatía y sensibilidad mentallibriana) se convierte en fusión metabolizanteentre energías antagónicas. En esta fase arquetípica escorpiana transcurre la primera experiencia de muerte del Yoegotista que deja paso al sentimiento profundo defusión emocional e instintiva con el Otro, vivida con intensidad dramática. Esta unión con la Otreidadacontece fundamentalmente en el ámbito sexual donde la vivencia simultánea de (entrega) vida/muerte gratifica al ego escorpiano. Con esta misma intensidad Escorpio vive también el dolor y la injusticia de la vida, necesitando a menudo el ajustede la venganza justa, tras la cual queda un fondo de culpa y resentimiento. La complejidad psicoemocional de Escorpio es un misterio difícil de compartir con el otro e incluso consigo mismo. Su autoconsciencia es magnética y sienten su sombra y la del otro con certero olfato. Sanarse pasa por transformar su sentido del poder posesivo y de la justicia vengativa para transmutarlos al servicio del Amor y la Justicia (valores ya integrados en Sagitario, el signo que le sigue). La salud de Escorpio pasa también por ceder en su apego al control emocional que (reservada y lentamente)practica con implacable oficio. Ciertamente, todo debe morir y descomponerse para transformarse en nueva vida, y esta dinámica nuclear Escorpio la siente con intensidad dramática, con sufriente lucidez e intuición, incluso con placer y dolor biográfico. No es extraño que desarrollen una voluntad de poder, agresiva y competitiva, física y psicológica, con gran autocontrol y estrategia. Su sombra(con la que combate permanentemente) se nutre de esas energías abisales. Del Escorpio primario podría decirse que está poseído por sus vínculos de posesión y control. A la vez su propia capacidad de transmutación puede sanar sus heridas (siempre de muy larga convalecencia)ayudándole así a desapegarse y a desarrollar su intuición magnética y compasiva en el encuentro profundo. Este poder de autosanación le sirve (también) para acompañar a otrosen la travesía de sus infiernos gracias a la sabiduría adquirida en su largo y tortuoso proceso autorreparador. En Escorpio lamatriz nuclearbiográfica está teñida, a menudo, de dolor, rabia, miedo y confusión por la vivencia infantil respecto a la intensa relación de amor/odio de sus padres. No es raro que hubiera un antagonismo feroz y sin solución en la dinámica parental que pasaba del deseo pasional (que engendró al niño) al odio visceral. Esta vivencia deja huella intensa y no es extraño, pues, que la vida se perciba trágicamente. No hay solución integradora al dualismo eros/tanatos, vida/muerte, luz/sombra, apolo/dioniso hasta que la consciencia se vuelve transmutadora y descubre que el Amor está detrás de toda lucha, de toda neurosis, incluso (misteriosamente) en el núcleo de la locura parental. Escorpio ha de integrar también la pelea entre su hambre de libertad y su intensa compulsión posesiva. Tocar fondo de verdad (a menudo tras experiencias profundas y dramáticas) le ayuda a integrar y pacificarse aceptando que la pérdida es inevitable y que el apego, la posesión y el control excesivos sólo garantizan dolor y conflicto permanentes.El bálsamo taurino (su energía polar) de saber disfrutar hedonísticamente de lo propio, calma las heridas escorpianas. Sin embargo es muy complicado no defenderse del abrumador fondo abisal que siente Escorpio en sus tripas. Teme ser destruido por esa energía primaria –ya sucedió en su infancia- y se defiende con el poder que le da la pelea, con intensidad y fuerza instintiva. Entregarse a la nueva vida/semilla que retoña debajo del humus/dolor compostado por la consciencia amorosa(no fragmentaria), esa es la salida final de Escorpio. La energía que desarrolla esa semilla la llamamos Amor y Sagitario(el signo que le sucede) es el arquetipo que la despliega como Sabiduría y fruto de esperanza para el ser humano. La paternidad escorpiana es severa y realista en la educación de los hijos. Educa en coherencia con valores de autorrespeto, esfuerzo y disciplina. Protege sin tasa cuando es necesario, buscando a la vez la propia autonomía del hijo. Muestra la vida como es, siendo un guía firme y confiable que nunca cede la autoridad. En etapas difíciles, puede ejercer un excesivo control invasivo sobre la vida de sus hijos dificultando notablemente la relación. Sin embargo, con el tiempo, las lecciones tan duramente aprendidasles serán (a sus retoños) de gran utilidad. SAGITARIO surge de las oscuras profundidades de Escorpio con hambre de luz y de nuevos horizontes. El centauro Quirón es la imagen mítica que representa a este arquetipo zodiacal. Quirón tenía una doble naturaleza, humana y animal, y era el maestro mitológico del arte de la sanación ya que buscando cura para su propia (incurable) herida halló remedios para muchos otros males. Prima en Sagitariola idea y el pensamiento filosófico sobre los hechos y la materia. Hay una ilusoria sensación de “no límites” que nace de la idealización de la vida y (sublimación) de la muerte. Empatiza por lo lejano, lo que le lleva a alejarse de sus orígenes, de su familia. Es un buscador de sentido, desde creencias y conocimientos que imprimen valor y dirección al sufrimiento humano. Es un guía en su capacidad intuitiva por religar e integrar significados que lo impulsan y trascienden. Tiene gran capacidad para sintetizar y percibir las diferenciasdentro de la espiral de sistemas energéticos que componen la vida, cada vez más complejos e interconectados unos en otros, en perfecta resonancia y sin apego recíproco. El aprendizaje sagitariano pasa por la inclusión, por la confianza y la entrega a lo que está más acá de sus idealizaciones. Aprender a comprometerse con la realidad concreta, con el aquí/ahora poniendo atención en el cuidado de su entorno cotidiano donde no es raro que meta la pata por su autocomplacencia expresiva. En este arquetipo que cierra la triada del elemento fuego, hay anhelo por conectar e integrar niveles diferentes de la realidad, entre lo particular y lo universal, entre lo inductivo y lo deductivo, entre el cielo y la tierra. Esta actitud conectiva(que ampliamente enseña Sagitario desde su capacidad didáctica) produce en él una gran vitalidad contagiosa que comparte generosamente en forma de ideas, creencias y generalizaciones. A la vez que sostiene sus ideas de abundancia, confianza y positividad en la vida, tiende a negar los aspectos oscuros de la realidad. Es un idealista psicológico que sucede al irresoluble conflicto escorpiano del que escapa con su “buenismo” existencial salvador, donde se obvia la complejidad de lo real. Sagitario es un buscador del sentido de la existencia a través del conocimiento vertical, trascendente. Gusta ser guiado por maestros y luego poder guiar él a otros. En su viaje aprende a ser tolerante con las diferencias y con las limitaciones. Su sabia intuición busca descubrir la matriz esencial de lo diferente, el patrón energético integrador de lo múltiple, el común denominador entre lo cotidiano y lo lejano. Cuando ya “saben” son capaces de transmitir su enseñanza con profundidad y entusiasmo. Hay entrega al sentido de la vida y acaban integrando internamente lo que idealizaban fuera:del “no hay problema” neuróticohan trascendido al “todo es para bien” del Amor consciente. Respecto a la paternidad, Sagitario se lleva mejor con los niños cuando crecen que cuando son bebés. En su propia infancia no es extraño que tuviera alguna enfermedad o limitación física, una herida profunda que le ha marcado traumáticamente (la marca de Quirón). Aprendió a escapar del cerrado mundo familiar con juegos y viajes, a lomos de su imaginación sin fronteras. Esta misma actividad le creará un divertido vínculo lúdico con su progenie. Respecto a la comunicación, la sincera franqueza que usa (a veces inoportuna e invasora)le puede deparar momentos de incomodidad y molestia a los hijos y demás personas de su entorno. No tolera la mentira y se molestará si no hay transparencia y confianza para comunicarse. En el enfado surgirán auténticos sermones admonitorios. Tiene dificultad para ser discreto por lo que difícilmente logrará la confianza de su progenie como receptor de secretos. Sin embargo, una vez crecidos los hijos, habrá encuentro profundo y reparador con el padre Sagitario. CAPRICORNIO representa la energía del “status quo” social en el que habita y al que incluso tutoriza. Tras la etapa de horizontes abiertos e idealismo de Sagitario, Capricornio simboliza el esfuerzo y el sacrifico del “debería” para lograr eficazmente sus ambiciones y proyección social, sin prisa ni desánimo, sin “ilusiones” ni atajos y sin interferencias emocionales. Con su pesimismo realista, no admite influencias que le aparten de su camino y de sus metas. Su agresividad es tenaz, fría, programada y pragmática. Sabe aprovechar discretamente oportunidades y personas para progresar. Es ambicioso, serio y disciplinado en su trabajo y en su búsqueda irrefrenable de reconocimiento profesional, a través de la estructura social en la que está integrado. La autoridad –interna y externa- marca su camino. Su sabiduría es práctica y convencional. Busca ser indispensable para tener el control como poder a la sombra. No muestra sus necesidades emocionales y es selectivo en sus relaciones a la vez que tradicional y cuidadoso con las normas de convivencia. Sus valores los demuestra con hechos lejos de la abstracción dialéctica sagitariana aunque aquí el riesgo es que todo acaba siendo un trabajo. Sabe ser abnegado y postergar gratificaciones inmediatas. Detesta depender y entregarse a la emoción, que en él está cristalizada, disciplinada. Su sentido extremo de la autoridad le hace caer en juicios implacables consigo mismo y con los demás, lo que (a menudo) le deja solo y cargadode responsabilidades para el logro de sus objetivos. Teme la improvisación, lo desconocido, por lo que todo está hipercartografiadoen su cabeza, sin prisa pero sin pausa y (frecuentemente) sin apoyo externo del que desconfía. En su infancia hubo apoyos fallidos y abandono, atravesando situaciones traumáticas que le obligaron a afrontar (en soledad) miedos y límites. Aprendió así a no evadirse ni fantasear respecto a ideales puesto que “todos acaban por derrumbarse”. Su apego por la norma y la planificación acaba congelando lo que “es” en lo que “debe ser”. Suelen demorar la paternidad a la espera de la madurez perfecta para cumplir con absoluta responsabilidad el rol paterno (responsabilidad que su progenitor no cumplió con él). Como padre, su falta de espontaneidad emocional le vuelve frustrante y rígido. Es lo opuesto a la simbiosis nutridora de Cáncer, su signo polar y complementario. La presencia de Capricornio se sustenta desde el deber y la norma. Enseñará a sus hijos que no hay que quejarse, que hay que atenerse a los hechos y que, para tener éxito y evitar el fracaso, conviene ser disciplinados, eficaces y operativos. Sin embargo, la paternidad es su mejor ocasión de sanar su corazónherido. Aflojarse y dejarse estar en la crianza, en la amorosa protección que facilita la salida del niño al mundo, este proceso ayuda sobremanera a la energía capricorniana a resolver el dilema deber/querery curar el viejo abandono paterno sin sostenerse en la patriarcal idealización (neurótica) de la Autoridad perfecta y absoluta que todo lo controla desde la seguridad de la Ley y el Orden. Aprende así a aceptar y confiar en lo que hay(aquí/ahora), en su cotidiana perfección y contradicción. Implicarse en la vidavibrante de sus hijos libera (suficientemente) su instintividad y su espontaneidad creativa. La estructura deldiamante, bellamente pulido y tallado, es la imagen apropiada para la creatividad capricorniana que ha dejado atrás laautopersecución del “debería” instalándose en un sereno estar eficaz y confiado. ACUARIO sucede a Capricornio diluyendo la rigidez cristalizada de este arquetipo zodiacal. Mientras Capricornio simboliza la culminación estructural del proceso social al estar vinculado a las instituciones de poder, Acuario abre otros caminos desde su apego a la libertad y al justo progreso, renovando la percepción humanista de lo social, liberando a la energía evolutiva del rígido “status quo” capricorniano y permitiendo así el fluir de la autorregulación sistémica de la Vida. Acuario sueña con un mundo colectivo y libre, lejos de las tradiciones patriarcales. Completa la evolución del YO aldesplegarlo en el NOSOTROS de la sociedad global y cooperativa. A la vez, en este arquetipo, hay tensión interna entre singularidad y pertenencia, tendiendo más a participar en procesos colectivos que a identificarse con los numerosos grupos a los que se vincula. Apuesta por la autoridad libre y progresista capaz de renovar las normas y leyes sociales que sofocan la creatividad espontánea e imprevisible del ser humano. Su identidad es relacional, interactiva, de redes sociales. A su lado iconoclasta, la autoridad tradicional no le impresiona. Es honesto, solidario y solitario (por ciclos), con una mente que todo lo analiza fría y serenamente, mostrándose obstinado con lo que cree a la vez que muy tolerante con aquello de lo que discrepa. Camina libre de ataduras del pasado, de la historia y no es extraño que haya vivido muchas experiencias imprevistas: cambios de casa, de colegio, golpes económicos, muertes inesperadas, encuentros singulares, etc, para las que no hubo tiempo suficiente de reflexión, de digestión y respuesta madura. Todo esto le ha enseñado a no aferrarse a planes rígidos y a permitir el libre fluir impredecible de la vida, siempre al borde del caos, de la excentricidad, de lo imprevisto. Todo lo opuesto a Capricornio, el gran planificador. La paternidad no es un ámbito que Acuario busque integrar en su vida. Cuando llegan los hijos, se convierte en un padre muy participativo con su creatividad sorprendente de hábil “manitas”. La relación con ellos nunca será aburrida, será dialéctica, participativa y a la vez compartirá sus ideas sobre el bien común, la independencia y la fraternidad. Emocionalmente es más bien un padre frio y despegado, al que la intensidad emocional, la expresión profunda y corporal de lo que siente, puede disociarle. Acuario funciona muy bien en la horizontalidad fraterna pero le cuesta entregarse a compromisos emocionales, espirituales (más verticales) que limiten su libertad. Tiene alma de buscador tras un futuro solidario, humanista y tras su utópica Ítaca donde no hay ombligos egotistas ni autoritarios. En PISCIS el Yo se disuelve y sus mecanismos de defensa se relajan notablemente. En este arquetipo hay fusionalidad relacional donde los límites no existen yTodo está vinculado sin exclusión ni estructuras. El lenguaje es onírico, metafórico, intraducible al intelecto lineal. Hay contacto osmótico –sin cuajar- con el Inconsciente Colectivo. Piscis se opone a la diferenciación, a la individualidad. Su sensibilidad registra patrones y dimensiones energéticas que la cultura analítica cotidiana margina. Aquí el ego ya ha realizado su despliegue completo en los once signos anteriores: el proceso de individualización desde Aries a Leo, el de socialización desde Virgo a Capricornio, el de universalización colectiva en Acuario. En Piscis se da el cierre del mandalaenergético zodiacal con la entrega del alma a algo superior, al Ser, al Tao, a Dios, donde ya no hay dualidad sino profunda unidad simbiótica. Ciertamente la tarea pisciniana es sobrehumana en medio de un mundo humano, “demasiado humano”. Quedarse a medias en este proceso transpersonal causa una fractura muy dolorosa en Piscis, entre su utópico mundo holístico y el de la realidad social, consensuada y fragmentada,en la que habita y a la que pertenece. Esta íntima escisión le lleva a aferrarse a la realidad formal, polarizando y negando su patrón energético esencial. Así ha de atender y calmar su mundo interno, hipersensible e intuitivo (con su propio lenguaje simbólico) y a la vez debe desarrollar una personalidad de encaje en lo mundano/cotidiano. A menudo sus ajustes (neuróticos) para conseguirlo pasan, cíclicamente, por simbiotizarse, polarizarse, aislarse, etc, buscando desplegar y completar su realización socialmediante la pareja, la familia, el trabajo, las creencias, las causas humanitarias, etc. En su biografía peculiar no es extraño el desorden, la ambivalencia, los límites nada claros que producen gran confusión y que suelen generar situaciones y vivencias misteriosas e inexplicables que la persona pisciniana trata de metabolizar con registros intuitivos, sin traducciónfácil al lenguaje comunicacional al uso. A veces, en su intento de compartir todo esto se le acaba señalando como “bicho raro”. Esta prejuiciosa incomunicación que sufre da lugar a la cristalización de su percepción interna,autoescucha a la que renuncia (mecanismo de defensa) cultivando la racionalidad excesiva, la actividad profesional continua, etc. Logra sentir así la suficiente integración social,a veces con su dosis (elevada) de brillo y éxito mundano. No es raro que en su madurez sueñe con escapar (yescape) de esta angustia existencial recuperando su magia intuitiva, su sensibilidad artística y soñadora, buscando etapas de soledad y silencio. A diferencia del cooperante “aikido” energético de Libra,en su encuentro con el otro, Piscis (en su fase “cruda”) cae en la confluencia simbiótica, sin evaluación reflexiva, lo que le hace muy influenciable y dependiente, con tendencia a cierta acidia existencial sobre todo en etapas de sinsentido vital. El caminobiográfico de Piscis puede llevarle, a través de su profunda receptividad intuitiva (y de su excesiva sugestionabilidad) por muchas sendas y selvas: pasividad y victimismo, ambición social con éxito y reconocimiento, fantasías escapistas, platonizaciones románticas, procesos de autoconsciencia unitiva, etc. Finalmente, su auténtica autorrealización lo llevará(a menudo tras su despliegue social y familiar) a un proceso espiritual profundo donde integrar su capacidad psíquica (“fotosintética”) hacia la luz y la sombra humanas, profundizandoen sus capacidades mediante trabajos de abnegación y compasión al servicio de los desafortunados. El aprendizaje de Piscis (como arquetipo) pasa también por canalizar el “chapapote” energético del yo individual(ya diluído tras el despliegue zodiacal previo) y transmutarlo en abono de energía holística, compasiva y esperanzadora para la humanidad, proceso en el que Piscis encuentra sentido y paz existencial. En este postrero “útero cuántico”pisciniano se reanuda el eterno retorno del mandala energético universal (que no sólo simboliza el zodiaco) con el nuevo renacerque emerge conAries. Como padre (en sus buenos momentos) es divertido, imaginativo, amante de la música, del teatro y de la naturaleza, sobre todo del mar donde disfruta(navegar, bucear, pescar…) y recupera (escucha) su tempo, su eco interno. El orden y los límites no serán su fuerte, sin embargo, su corazón compasivo se abrirá de par en par ante las inquietudes y problemas filiales, sin juicio ni reprimenda. Y, por supuesto, sabrá escuchar y estimular sus sueños y su creatividad, aprovechando su portentosa imaginaciónpiscinianaque contagiará mágicamente a sus retoños. *** (*) Este artículo fue publicado en la revista número 36 de la A.E.T.G. (Asociación Española deTerapia Gestalt), año 2016, monográfico dedicado a El Padre y que dirigió Enrique de Diego. La versión presente ha sido actualizada con fecha 1 de abril de 2018.
BIBLIOGRAFÍA - LA DINÁMICA DEL INCONSCIENTE de Liz Greene y Howard Sasportas, Editorial Urano. - ASTROLOGÍA Y DESTINO de Liz Greene, editorial Obelisco. - LOS SÍMBOLOS DEL HORÓSCOPO de Robert Hand, editorial Urano. - LOS ASCENDENTES EN ASTROLOGÍA I Y II de Eugenio Carutti, editorial Kier. - MANUAL DE INTERPRETACIÓN ASTROLÓGICA de Stephen Arroyo, editorial Urano - GUÍA DE ASESORAMIENTO ASTROLÓGICO de Bernard Rossenblum, editorial Kier. - LOS CICLOS DEL DEVENIR de Alexander Ruperti, editorial Kier.
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