El Planeta Únicamente Mal Aspectado (PUMA)

Seleccionado y expuesto en el XVII Congreso Ibérico de Astrología (Bilbao-2000) 

Sergio Rivillo, Dic 1999

Después de muchos años de práctica astrológica continuada he observado que un gran número de personas tiene, en su tema de nacimiento, algún planeta que sólo recibe aspectos disonantes, es decir, que no recibe ni un trígono, ni un sextil, ni una conjunción armónica, ni un semisextil.

A través de mi experiencia ha llegado a la conclusión de que un planeta que únicamente recibe malos aspectos suele indicar asuntos que suponen una eterna asignatura pendiente en nuestra vida, asuntos que siempre nos resultan problemáticos: Desde hace tiempo me he preguntado ¿tiene esto alguna posible solución?

Un apunte previo sobre la dignidad cósmica

Antes de proseguir, es muy importante indicar que el hecho de que un planeta sólo reciba malos aspectos, o dicho de otro modo, un planeta únicamente mal aspectado (PUMA) no es una señal de frustración ni fracaso, al menos, no necesariamente. Para poder llegar a una conclusión de este tipo debemos conocer cual es la dignidad cósmica del planeta, pero no por la armonía o disonancia de los aspectos que reciba. Todos sabemos que la cuadratura indica capacidad de lucha y la oposición capacidad de colaboración, que también pueden ser útiles para triunfar.

Así, un planeta en su domicilio o exaltación sabrá actuar como le conviene y triunfará en los asuntos de los que sea significador, pese a los innumerables problemas que, eventualmente, vengan indicados por los malos aspectos que reciba. Valga como ejemplo el caso de un pobre que se siente realizado en la vida, pese a las muchas dificultades económicas que, no obstante, encara con acierto.

De la misma manera, en el caso opuesto, se puede dar frustración con planetas en el signo de su exilio o caída, pese a las innumerables facilidades que el individuo puede encontrar en la vida indicados por la abundancia de aspectos armónicos. Sería el caso del rico que se siente insatisfecho por el poco acierto de sus decisiones, pese a las numerosas facilidades de que disfruta en la vida.

El tema de la dignidad cósmica de los planetas requiere un análisis que excede el propósito de este trabajo, pero debemos tenerlo presente aunque sea a este nivel básico de consideración que acabamos de exponer para elaborar estrategias de comportamiento en la vida.

Identificar los problemas

El planeta que sólo recibe malos aspectos supondrá problemas ya a nivel subconsciente debido a la imagen simbólica del propio planeta.

He podido observar que un Sol que sólo recibe aspectos disonantes indica que el individuo ha sufrido o puede que sufra dificultades para desarrollar la autoestima, para autoafirmarse y consolidar su ego, para brillar personalmente. Esto puede resultar en un engreimiento, soberbia y deseo de vanagloria, así como una ceguera a la hora de valorar a los demás, especialmente cuando las disonancias provienen de planetas cálidos, como Marte o Júpiter, que dan problemas por exceso. Por el contrario, pueden producir un gran pesimismo, humildad excesiva y rigidez en la valoración de las situaciones, especialmente con planetas fríos como Saturno.

A menudo se relaciona con problemas en la relación con el padre en la infancia y la adolescencia, que más tarde se manifestará en la relación con los hombres. Y tiende a somatizarse en forma de problemas en la vista, el corazón, la espalda y la vitalidad en general. Así mismo, puede perjudicar al prestigio profesional, aunque no es el único factor.

La Luna UMA indicará una persona que ha sufrido o sufrirá alteraciones en el estado de ánimo, dificultades para sentirse a gusto, protegido, o para que sus sentimientos sean comprendidos. Con el tiempo, esto puede resultar en cambios de humor compulsivos (especialmente con disonancia del Sol), malinterpretaciones (Mercurio) y capricho (Venus). Cuando la disonancia proviene de planetas exteriores, la inestabilidad en el estado de ánimo está relacionada a menudo con diversas neurosis, como la cólera (Marte) y la histeria (Marte, Urano), las manías (Júpiter), la depresión (Saturno); y cuando se relaciona además con planetas no visibles, puede constituir un factor de psicosis, por la relación de Neptuno con los delirios y de Plutón con las obsesiones.

A menudo se relaciona con problemas con la madre en la infancia y adolescencia, que más tarde supondrá problemas en la relación con las mujeres y la familia en general. También puede suponer problemas en la vida cotidiana, el hogar y la vivienda.

Tiende a somatizarse con problemas metabólicos e incluso hormonales, que afectarán especialmente a la parte del cuerpo indicada por los signos implicados en el aspecto disonante. Así mismo, puede perjudicar la popularidad y la simpatía del público que percibe el individuo, ya que sus propias alteraciones anímicas dificultan la relación emocional con los demás.

Mercurio UMA indica personas que tienen dificultad en la comunicación verbal (la no-verbal o gestual pertenece a la Luna) por varios motivos. En general "redactan mal"; construyen mal las frases o utilizan términos inadecuados. Esto no tiene nada que ver con la inteligencia, en la que pueden intervenir varios planetas. La variedad de recursos intelectuales viene dada por la variedad de aspectos a Mercurio. En el caso de este planeta hay que considerar también la posible retrogradación y las frecuentes conjunciones combustas con el Sol, lo que complica mucho la interpretación astrológica. Sea como sea, un Mercurio UMA producirá malinterpretaciones en unas ocasiones, lenguaje grosero, o contrariador, o excesivamente crítico, o bien una locuacidad excesiva, ambigua, excéptica, etc.

A menudo se relaciona con problemas en la relación intelectual con hermanos, vecinos y compañeros de colegio en la infancia. Aunque no es el único factor, puede perjudicar los estudios, las relaciones sociales y la profesión. Tiende a somatizarse a nivel nervioso, y producir problemas pulmonares, del intestino delgado, etc.

Venus UMA indica problemas para gozar, para compartir, para relacionarnos con los demás, en especial en el aspecto amoroso, lúdico, sexual y de pareja. Los mayores problemas provienen de los malos aspectos de Marte y Saturno. Marte, en especial si se trata de la cuadratura, indica una falta de conciliación entre amor y sexo que dificulta mucho las relaciones de pareja. Y las disonancias de Saturno producen una inseguridad, timidez, etc. que bloquea al individuo en estos asuntos y acaba adoptando una actitud "frígida", sea hombre o mujer. Puede somatizarse en forma de problemas cutáneos, renales, de la garganta, azúcar en sangre, etc.

Marte UMA indica problemas en la gestión de la agresividad. Cuando el individuo tiene que enfrentarse a un posible agresor es incapaz de poner en juego sus recursos, o bien los pone en juego cuando no son necesarios, o agrede sin venir a cuento. Puede somatizarse en forma de problemas de la sangre y, en los hombres, problemas con la erección.

Júpiter UMA puede suponer problemas con la ley. Los peores aspectos son las de Marte y Saturno; Marte, porque puede indicar la amoralidad a menudo inconsciente de que "es bueno lo que me beneficia": muchos atracadores (y policías, por supuesto) pueden tener disonancias Júpiter-Marte (habría que considerar en qué medida el individuo adopta el papel marciano o el jupiteriano). Y Saturno por la rigidez moral y el prejuicio que provoca rechazo social: muchos racistas tienen disonancias Júpiter-Saturno, y también muchos rechazados socialmente. También en este caso también habría que considerar si el sujeto adopta el papel jupiteriano o el saturniano. Puede somatizarse en forma de trastornos hepáticos.

Saturno UMA puede suponer problemas en la concreción, solidez y materialización de nuestra vida, necesarios para mantener un estatus y una estabilidad en las situaciones. Como Júpiter, tiene que ver con el esquema moral y, sobre todo, la integración social. Tiene que ver con la gestión de nuestros recursos de responsabilidad, prudencia, seriedad, etc. que, mal utilizados pueden servir para producir o, por el contrario, sufrir un verdadero holocausto. Las principales somatizaciones están relacionadas con el metabolismo del calcio, fracturas y problemas óseos, etc.

A medida que nos vamos alejando de la región central del sistema solar, los planetas son menos indicadores de lo personal y el cuerpo físico; ya con Júpiter y Saturno el individuo entra en contacto con la más amplia esfera de lo social y lo colectivo, a través de un esquema moral. A partir de Urano entramos en el terreno de lo transpersonal, de lo compulsivo. Al ser planetas no-visibles a simple vista, también es difícil ser consciente de lo que pueden provocar en nosotros hasta que los hemos vivido. Se les relaciona con experiencias psíquicas profundas que escapan a nuestro control y que nos lo pueden hacer perder. No obstante, es mi opinión que no producen nada si no es a través de planetas visibles. Urano UMA parece producir somatizaciones en las articulaciones, problemas nerviosos y electrocuciones, Neptuno UMA con las epidemias y las drogas psicodélicas y Plutón UMA con el cáncer, la radiactividad y trastornos sexuales.

Presencia y regencia

Un planeta UMA causará problemas en la Casa en la que se halle presente a causa de la actuación del sujeto en dicho ámbito. Así, un Marte UMA en Casa 2 indica problemas por la acción precipitada del individuo a la hora de gestionar el dinero; o, por ejemplo en 11, el individuo tenderá a enfrentarse y competir con los amigos y en los grupos de afinidad.

Sin embargo, si este Marte UMA, en lugar de estar ubicado en 11, es el regente de 11, indicará las consecuencias de su relación con los amigos. Así, si es regente de 11 y está en 2, la relación con los amigos traerá como consecuencia problemas económicos y precipitación en la gestión del dinero.

En este ejemplo se puede observar que los problemas afectan a la Casa 2, mientras que la frustración o satisfacción lo será en la relación con los amigos (para lo que deberíamos observar la dignidad del regente de 11).

Estrategias

El primer paso que debemos dar para protegernos de los problemas indicados por los malos aspectos debe ser el autoconocimiento, paso previo ineludible para la autoconsciencia a la hora de tomar decisiones. Es muy importante que dejemos de echarle la culpa a los demás -actitud típica en e caso de la oposición o a la mala suerte -frecuente en las cuadraturas- y asumamos nuestra parte de responsabilidad, algo que sí está en nuestras manos. Y si es un problema de acierto a la hora de tomar decisiones, por una eventual indignidad cósmica, debemos identificar en nuestra propia carta dónde debemos dejarnos aconsejar.

Aunque el desarrollo de estos procesos puede requerir de la ayuda de un psicólogo o incluso de un médico, la Astrología puede aportar mucho a la identificación del problema y elaboración de estrategias, como intentaremos explicar más adelante con un par de ejemplos.

El recurso del planeta dispositor

En algunas ocasiones, aunque un planeta sólo reciba aspectos disonantes, aún podemos encontrar vías de salida al problema mediante el planeta dispositor. Si éste se halla en un signo de dignidad, constituirá un recurso de acierto a la hora de tomar decisiones; y si se encuentra en conjunción o aspecto armónico a un planeta benéfico, los problemas resultarán muy aminorados por otras circunstancias favorables.

Así, un Sol en Libra que sólo reciba aspectos disonantes, que tendrá a priori unas enormes dificultades para brillar a nivel individual, puede encontrar un excelente recurso si Venus, su dispositor, se encuentra afortunado por Júpiter, o bien en su domicilio de Libra o con varios aspectos armónicos de otros planetas.

En este caso el Sol tendrá una vía indirecta de realización siempre que el individuo cultive lo significado por Venus, su dispositor. Es la misma estrategia del huésped que se halla alojado en casa de otro: si trata bien al dueño, podrá encontrarse más cómodo en dicha casa.

En el caso de la recepción mutua por signo, lo que tenemos es una doble disposición, que ayuda indudablemente a conseguir lo que uno se propone, incluso superando muchos problemas. Pero esto no asegura que el sujeto haga lo que le convenga, sobre todo cuando la recepción mutua implica la indignidad cósmica del planeta, como es el caso de Marte en Cáncer-Luna en Escorpio, o Venus en Escorpio-Marte en Libra. Por supuesto, debemos considerar tanto el domicilio como la exaltación para que haya recepción mutua, como en el caso del Sol en Tauro (signo de exaltación de la Luna) y la Luna en Leo (domicilio del Sol).

Y en el peor de los casos, cuando no podemos recurrir al planeta dispositor ni a la dignidad por signo o incluso por decanato para darle una salida al planeta UMA ¿qué puede hacer el individuo? ¿Debe resignarse a una vida sin solución posible a sus problemas? Aún queda una solución: cuando nos unimos muy profundamente a alguien ¿no es cierto que cambian muchas cosas en nuestra vida? Si la persona elegida es la conveniente, la carta compuesta de puntos medios puede tener ese mismo planeta armónicamente aspectado. Sería el caso de aquel que siempre le fue fatal en su profesión y todo cambió a partir de su unión con otra persona. El tema de las cartas compuestas de puntos medios también excede el propósito de este trabajo, pero mucho de lo aquí afirmado puede aplicarse a esta técnica astrológica.

Encontrarás muchos ejemplos en nuestro Banco de Datos: ETA, Silvio Berlusconi (8 planetas UMA), Slobodan Milosevich, Estados Unidos (ningún planeta UMA), etc.


Ejemplo1: Felipe González

Presidente del gobierno de 1982 hasta 1996, con el Sol recibiendo únicamente un aspecto de cuadratura (de su propio dispositor), ha tenido problemas, por exceso, de afirmación y consolidación del ego, como la soberbia o la sobreestimación, que no le han impedido triunfar personalmente, gracias a los buenos aspectos de su dispositor, Júpiter, especialmente cuando ha practicado una actitud Jupiteriana de concepción amplia y sabiduría: a través de Júpiter ha podido contar con la popularidad que indica el trígono de la Luna, la diplomacia y cortesía por el trígono de Venus y la habilidad oratoria por el trígono a Mercurio (además, Venus y Mercurio están en sus decanatos).


Ejemplo 2: S.R.

En este caso se trata del hijo de la cliente que se cita a continuación. La Luna UMA en Leo podría indicar problemas emocionales por el orgullo herido, especialmente en grupos de amistad y “pandillas”, que en efecto sufre, aunque no parecen mayores de lo normal. También podría indicar problemas metabólicos u hormonales que, por el momento, no parecen manifestarse. Su dispositor, el Sol, por el contrario recibe varios trígonos y la benéfica conjunción de Júpiter. Practicando la calma de Tauro y la sabiduría, seriedad y generosidad que implican algunos aspectos armónicos que recibe el Sol. Algo que ya de por sí tiende a hacer, pues Mercurio, regente del AS, se encuentra en el mismo decanato de Tauro. La no somatización es buena prueba de ello. En cuanto a esto, es importante señalar que las cruces cósmicas, que parecen tan problemáticas, implican la ocupación de los cuatro elementos, lo cual es un factor de equilibrio para la salud (en tanto que el gran trígono implica un cierto exceso de algún elemento).


Ejemplo 3: P.C. (Madre de S.R.)

Este es el caso de la madre del niño que acabamos de comentar. Tiene varios planetas UMA, pero vamos a circunscribirnos a Mercurio, especialmente significativo en este caso por ser el regente del AS. A priori indicaría una persona muy problemática por su actitud nerviosa, así como problemas en los estudios superiores (por su ubicación en Casa 9), las relaciones sociales y el trabajo. Es cierto que tiene una actitud nerviosa, pero terminó una carrera universitaria sin contratiempos y no ha encontrado mayores dificultades socio-profesionales. Y ha sido fundamentalmente por los buenos aspectos que recibe su dispositor, Venus, que indican una cierta disciplina y capacidad de lucha. Por otro lado, Mercurio se halla en su decanato por lo tanto con una cierta dignidad cósmica, lo cual indica acierto a la hora de tomar decisiones. Y no sólo Mercurio: nada menos que 5 de los 7 planetas clásicos se hallan en su decanato. Ni la frustración ni el fracaso están en su vocabulario.

Sergio Rivillo, 1999
sergio@astralis.es