Capítulo 2

La Dignidad Cósmica de los Regentes: capacidad de logro

Es una medida de la cantidad y calidad de la energía planetaria, la cual nos dará una idea de la capacidad de realización, sin ayuda externa, del individuo en determinada área de la vida, ya sea por presencia, regencia o analogía. Y todo esto al margen de las facilidades o dificultades que el sujeto pueda encontrar por un eventual aspecto armónico (facilidad) o disonante (dificultad).

Diremos que un planeta se halla digno cósmicamente cuando esté domiciliado o exaltado por su posición en determinado signo; e indigno si está exiliado o en caída. Si está peregrino será digno sólo para los asuntos que le sean propios, pero estará supeditado a la dignidad de su planeta dispositor (el regente del signo en que se encuentre).

El domicilio o exaltación de los transpersonales se deducen como “fuerza por afinidad”, pero no quiere decir que sean Regentes.

Cuando un planeta se halla domiciliado, se encuentra en máxima dignidad cósmica, tiene plenitud de uso de las energías propias del planeta y, según la tradición “ni da ni quita, se basta a sí mismo y, a menudo, se ve rodeado de otros más débiles, que ven en él una luz y una guía”. Tiene capacidad de logro en los asuntos indicados por la casa en la que esté presente, y a la satisfacción en los asuntos indicados por la casa de la que sea regente.

Cuando un planeta se halla exaltado, se halla en una dignidad comparable al domicilio, aunque, según algunos autores, con algún matiz de exceso o falta de escrúpulos. Según la tradición “se basta a sí mismo, desprecia al que carece de dicha energía y se une a los autosuficientes”. Sirva como ejemplo Marte en Capricornio, que es trabajador y ejecutivo, desprecia a los perezosos y se une a personas trabajadoras; a veces puede resultar una actitud un tanto engreída o poco comprensiva, pero no deja de actuar con acierto. También tiene capacidad de logro en los asuntos indicados por la casa en la que esté presente, y a la satisfacción en los asuntos indicados por la casa de la que sea regente.

También podrían utilizarse los regentes de la exaltación (como Luna en Leo y Sol en Tauro, exaltación de la Luna), pero esto es muy polémico porque muchas casas tendrían 2 regentes, lo cual es un factor de ambigüedad. Una casa no tiene más regente que el dueño (clásico) del signo en la cúspide, y éste domina en todo el signo. Nada se mezcla entre dos signos (Ezra).

La tradición atribuye posiciones muy concretas a la exaltación de los planetas, un grado exacto del zodiaco. Sirva como ejemplo la exaltación del Sol, que se halla en el grado 20º (vigésimo) de Aries (entre el 19 y el 20). El zodiaco no se considera como una sucesión indefinida de puntos de amplitud infinitesimal, sino como espacios de 1/360 de la circunferencia (el infinito, el todo). Es correcto atribuir a todo Aries, de 0 a 30 grados, la cualidad favorable a la expresión de lo solar (espíritu, convicción, asertividad, energía, irradiación), pero quizá sea en las proximidades del grado 20º, donde el Sol sea tan fuerte, o más, que el propio Marte en su domicilio, lo que también implicaría fuerza, regencia y transmisión de la significación. No obstante, atribuir un grado concreto (algo que se ha asociado a las Estrellas) no es de fácil comprobación cuando lo que se observa es en todo el signo.

Domicilio es a exilio como exaltación lo es a la caída, por eso el grado exacto de la caída de un planeta será el opuesto al de la exaltación, como se muestra en la tabla adjunta. A la exaltación de Urano, Neptuno y Plutón aún no se les ha atribuido un grado exacto del zodiaco, pero muchos astrólogos la consideran en Escorpio, Leo y Aries respectivamente.

Planeta Sol Luna Mercurio Venus Marte Júpiter Saturno
Exaltación 20º Ari 4º Tau 16º Vir 28º Pis 29º Cap 16º Can 21º Lib
Caída 20º Lib 4º Esc 16º Pis 28º Vir 29º Can 16º Cap 21º Ari

Cuando un planeta está en caída, le ocurre lo contrario que la exaltación: “carece de confianza y aprecio de sí mismo, es indeciso, cambiante e irresponsable, y envidia y trata de unirse a los que cuentan con la energía del planeta”.

Cuando un planeta está exiliado, “carece de las energías del planeta, comprende a los que, como él, carecen de dichas energías y sigue a los autosuficientes, o pide ayuda y apoyo”.

Cuando un planeta es peregrino, “goza de parte de las cualidades y defectos del planeta”, y su dignidad estará supeditada a la de su dispositor, como se dijo anteriormente.

Así, Mercurio en Cáncer es indicio de buena memoria, pero poca capacidad de concentración (salvo que reciba un aspecto de Saturno); de la misma manera, en Capricornio favorecerá la concentración y no la memoria.

Es muy importante enfatizar que el hecho de que un planeta esté muy bien aspectado sólo indica que el individuo vive lo indicado por el planeta de manera fácil o poco problemática (como en el caso de algunos asesinos famosos). Los aspectos disonantes serán vividos como problemas o conflictos, que superará mejor y sin ayuda si los planetas están dignos cósmicamente.

Hay otras dignidades menores, que deben usarse con precaución, pero que pueden suponer una estimable posibilidad de logro para el nativo cuando el conjunto de su carta es poco digna cósmicamente, como son la dignidad por recepción mutua, por decanato, por término, por afinidad, por trigonocracia o por analogía.

La recepción mutua, cuando un planeta está en un signo y el regente de este signo se encuentra en el signo que rige el primero (como por ejemplo Marte en Cáncer estando la Luna en Aries o Escorpio), sobre todo si además forman aspecto eclíptico. Puede tener mayor o menor dignidad por signo, pero supone un buen recurso de logro para el sujeto, pues uno de los planetas puede “encargarse” de los asuntos indicados por el otro. Pero si 1 ó 2 planetas están “recibidos” (en el domicilio de) por otro planeta, un eventual aspecto disonante con el dispositor puede resultar patológico.

Los decanatos son divisiones de 10º en los que los planetas actúan con cierta eficacia, aunque habría que considerar si son indignos en los puntos opuestos del zodiaco:

Los términos son porciones irregulares del zodiaco más pequeñas, de uso extendido en la antigüedad, hoy en desuso, que se escapan al propósito de esta obra. Su cantidad, más la irregularidad de tamaño y de distribución los hace incomprobables.

La trigonocracia de fuego está compuesta por Marte, Júpiter y el Sol (regentes de los signos de fuego), de tal manera que estos planetas actuarían de manera eficaz en cualquier signo de fuego; la de agua por la Luna, Marte y Júpiter; la de tierra y aire por Venus, Mercurio y Saturno. No obstante, es dudoso que la Luna pueda actuar eficazmente en Escorpio, o Marte en Cáncer, lo que entraría en contradicción con la dignidad cósmica principal. Para que podamos conceder a la trigonocracia una validez razonable, el planeta debe guardar afinidad con el elemento del signo que ocupa, aunque esté peregrino. Hay algún trabajo de campo que pone en duda la validez de la trigonocracia (o triplicidad).

Venus tiene afinidad con el signo de Cáncer (y no con Capricornio) porque la Luna (su regente) es humeda y “la humedad favorece la vida”; Marte es afín a Sagitario (y no a Géminis) porque tiene en común con Júpiter el calor y “el calor favorece la vida”; Júpiter es más afín a Leo que a Acuario; Saturno es más afín a Tauro que a Escorpio; Urano más afín a Géminis que a Sagitario; Neptuno mejor en Cáncer que en Capricornio; Plutón mejor en Capricornio que en Cáncer. El Sol mejor en Sagitario que en Géminis; la Luna mejor en Piscis que en Virgo, etc.

Ejemplo de aplicación

Para saber si una persona tiende a la satisfacción o, por el contrario, a la frustración, observaremos la dignidad del regente del AS. Esto no está en contradicción con la posibilidad de que consiga lo que se propone (planeta digno cósmicamente presente en el AS). Éste sería el caso de un AS en Aries, estando Marte, su regente, en Tauro (exiliado, lo que implica frustración); pero un eventual Sol en el AS (exaltado, lo que implica realización) le ayudaría a conseguir lo que se propusiera, por más que al sujeto nunca le parecerá suficiente.

Esto mismo podemos hacer con la dignidad cósmica de cada cúspide si queremos ver la satisfacción o frustración en cada ámbito de la vida. Pero en el conjunto quien más pesará será el regente del AS. El regente de las casas angulares (AS, MC, DS, FC) será el que más pesará en comparación con las demás casas.

No obstante, en lugar de limitarnos a clasificar a una persona como “satisfecho” o “frustrado”, lo que constituiría una apreciación simplista, debemos distinguir el grado de satisfacción según la naturaleza de los ámbitos de la vida o áreas de la experiencia:

PERSONAL (fuego): AS, casa 5, casa 9.
MATERIAL (tierra): MC, casa 2, casa 6.
SOCIAL O INTELECTUAL (aire): DS, casa 11, casa 3.
EMOCIONAL (agua): FC, casa 8, casa 12.

Siempre que vayamos a interpretar una casa, debemos considerar en primer lugar el grado e satisfacción a que tiende el sujeto. Las figuras 1 y 2 nos muestran el ejemplo de una casa 7 con Venus (exiliado) y Marte (domiciliado) en el signo de Escorpio.

Fig. 1: Regente de 7 exiliado y planeta presente domiciliado.

En el caso de la figura 1, con la cúspide de 7 en Libra, el sujeto tiende a la insatisfacción en asuntos de pareja, por estar su regente (Venus) exiliado, pese a que la presencia de Marte le ayude a conseguir lo que se propone por estar domiciliado. La presencia de la cúspide de 7 en Libra indica que al individuo le conviene unirse al modo de este signo: con elegancia y complacencia; pero al estar Venus, su regente, en Escorpio, tiende a hacerlo de manera exigente e impositiva. La arrolladora energía de Marte domiciliado le sirve para unirse a quien se propone, a menudo personas ardientes, pero acaba imponiéndose la insatisfacción, pues necesita una unión en términos muy distintos para alcanzar la armonía en su vida.

Fig. 2: Regente de 7 domiciliado y planeta presente exiliado.

Por el contrario, en el caso de la figura 2, con la cúspide de 7 en Escorpio, el sujeto tiende a la satisfacción en asuntos de pareja, por estar su regente (Marte) domiciliado, pese a que la presencia de Venus no le ayude a conseguir lo que se propone al estar exiliado. La presencia de la cúspide de 7 en Escorpio indica que al individuo le conviene unirse al modo de este signo: con exigencia y fuerte compromiso; al estar Marte, su regente, en Escorpio, encontrará facilidad para hacerlo de esta manera. El escaso acierto de Venus exiliado no le sirve para unirse a quien se propone, a menudo personas complacientes y elegantes, pero acaba imponiéndose la satisfacción, pues atrae a las personas que le convienen, más comprometidas, para alcanzar la armonía en su vida.



Fig. 3: Sigmund Freud (6/May/1856-18:30 Frieberg) - Carta Básica

Como ejemplo para analizar las frustraciones en la carta natal completa de un personaje conocido utilizaremos el caso de Sigmund Freud, que dedicó buena parte de su vida a analizar las frustraciones, y procederemos considerando la dignidad cósmica de los regentes de las casas agrupándolas según los ámbitos de la experiencia:

PERSONAL
AS: Marte exiliado (y Plutón también).
Casa 5: Júpiter domiciliado (y Neptuno también).
Casa 9: Luna peregrina; Mercurio (su dispositor) también; Venus (su dispositor) exiliado.

Tiene una considerable tendencia a la frustración, pues pesa más el regente del AS, en parte compensada por el domicilio de Júpiter, pero sobre todo por la recepción mutua entre Venus y Marte (y Plutón), que le ayudó a superar sus frustraciones personales: Su buena educación (Venus) le resultó útil para lograr sus objetivos (Marte, como regente del AS).

MATERIAL
MC: Sol peregrino; Venus (su dispositor) exiliado.
Casa 2: Júpiter domiciliado.
Casa 6: Marte exiliado.

También aquí la tendencia a la frustración es considerable, y también superada con la ayuda de la recepción mutua antedicha. Júpiter domiciliado asegura un logro económico, pese a las dificultades indicadas por la cuadratura que este planeta recibe del maléfico Saturno.

SOCIAL
DS: Venus exiliado.
Casa 11: Mercurio peregrino; Venus (su dispositor) exiliado.
Casa 3: Saturno peregrino; Mercurio (su dispositor) también; Venus (su dispositor) exiliado.

Aquí encontraríamos su mayor frustración, pero ya hemos visto que Venus puede recurrir a la combatividad de su dispositor (Marte) para superar sus limitaciones en las relaciones con los demás.

EMOCIONAL
FC: Saturno peregrino; Mercurio (su dispositor) también; Venus (su dispositor) exiliado. Urano en caída.
Casa 8: Mercurio peregrino; Venus (su dispositor) exiliado.
Casa 12: Venus exiliado.

Aquí podríamos decir otro tanto. Y añadiremos que el hecho de no tener ningún planeta únicamente mal aspectado (PUMA) implica que siempre encontró una ayuda o una vía de escape para sus indudables frustraciones.

La Técnica de los Regentes (2), Sergio Rivillo Corral, 1994

La Técnica de los Regentes

Sergio Rivillo 1994