MITOLOGÍA DE ARES-MARTE Ares simboliza y es la guerra. Hijo de Zeus y de su legítima esposa Hera, el impetuoso y fornido Ares no conoce el combate amigos ni enemigos, destruye a todos sin distinción. Por eso Atenea, defensora de la guerra justa, detesta al dios de la guerra gratuita. En ninguna parte de Grecia es bien recibido ni honrado. Es muerte, dolor y destrucción. Algo fanfarrón por sus músculos, obtiene el amor de la bella Afrodita, descontenta de su lisiado esposo, el cojo Hefesto. Cuando los dos amantes fueron sorprendidos en el lecho, sólo las diosas-por pudor-se perdieron el espectáculo mientras todo el Olimpo retumbaba con una risa inextinguible. En la mitología griega, Ares ("hombre", "varón", "conflicto") era el dios de la guerra, hijo de Zeus y Hera, y uno de los dioses olímpicos. Fue llamado Marte por los romanos. Cuando Halirrotio violó a Alcipe, la hija de Ares con Agraulo, Ares le mató, por lo que fue llevado a juicio: el primer juicio por asesinato de la historia. Fue absuelto. Entre sus compañeros estaban su hermana Eris, sus hijos Fobos y Deimos y Enio. Ares era acompañado de un séquito que incluía a Dolor, Pánico, Hambruna y Olvido. Aunque inmortal, era muy sensible al dolor y acudía corriendo a su padre, Zeus, cada vez que era herido. Fue adorado principalmente en Tracia. Oto y Efialtes eran dos gemelos gigantes que un momento dado quisieron tomar al asalto el monte Olimpo. Lograron secuestrar a Ares y encerrarlo en una vasija durante trece meses. Sólo fue liberado cuando Artemisa ofreció acostarse con Oto. Esto hizo que Efialtes sintiera envidia y ambos pelearon. Artemisa se transformó en una cierva y saltó entre los dos. Los Alóadas, para evitar que huyera, arrojaron sus lanzas y se mataron uno al otro. Ares dio a Hipólita el cinturón que luego le quitó Heracles. Una noche, mientras mantenía relaciones sexuales con Afrodita, Ares puso a un joven llamado Alectrión a su puerta para que los guardase. Éste se quedó dormido y Helios, el sol, sorprendió a la pareja. Ares transformó a Alectrión en un gallo, que nunca se olvida de anunciar la llegada del sol por la mañana. Durante la Guerra de Troya, Diómedes luchó con Héctor y vio a Ares luchando en el bando troyano. Diómedes pidió a sus soldados que se retirasen lentamente. Hera, la madre de Ares, vio la injerencia de éste y pidió permiso a Zeus, su padre, para alejar a Ares del campo de batalla. Hera animó a Diómedes a atacar a Ares y éste arrojó su lanza contra el dios. Atenea guió la lanza hasta el cuerpo de Ares, quien rugió de dolor y huyó al monte Olimpo, lo que obligó a los troyanos a retirarse.
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